La Residencia de mayores “La Alameda” (Azuqueca de Henares, Guadalajara), con titularidad de la Junta, fue abierta en diciembre de 2003. Su construcción fue acometida por el Grupo SERGESA, en terrenos cedidos por el Ayuntamiento de Azuqueca, a cambio de una concesión de explotación otorgada por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha durante 40 años. Contaba con 120 plazas públicas para mayores asistidos. En su inauguración, el Consejero de Bienestar Social, Tomás Mañas, calificó esta residencia pública como "un hotel de cuatro estrellas".

Lamentablemente en el hotel, ya desde el principio, comenzaron a ocurrir alarmantes irregularidades en el funcionamiento cotidiano: timbres que no funcionaban en las habitaciones; medicamentos mal administrados; nulidad en el diagnóstico, control y seguimiento de enfermedades tanto crónicas como eventuales; cambios de pañales insuficientes; carencia absoluta en la prevención de la inmovilidad así como de escaras; preocupante falta de higiene en el aseo personal de los residentes más dependientes; caos en las dietas alimentarias... Todo ello debido a la falta de personal y previsión del cuadro clínico de los ancianos ingresados. Así, resultaba imposible que 4 ó 5 auxiliares en cada turno de día, y una o dos en el turno de noche, atendieran a 120 personas asistidas; del mismo modo, era imposible diagnosticar y controlar su salud con una enfermera y un médico a tiempo parcial. Paulatinamente, todos estos problemas fueron acelerando el deterioro de los residentes más frágiles, incluso pudiendo llegar a ser la causa directa de algunas de sus muertes.

A la par, también desde la apertura de las instalaciones, algunos familiares, residentes y el propio presidente elegido por ellos, comenzaron a mostrar sus preocupaciones a la directiva de la residencia. Al no lograr resultados, pasaron a quejarse por escrito en el único "libro de quejas" que tenía el centro, en el cual no figuraba el procedimiento adminsitrativo a seguir. Nadie recibió contestación alguna a aquellas quejas, por lo que cada cual eligió el mejor camino para ser escuchado. Algunos se dirigieron a la Delegación de Bienestar Social, hablando con sus inspectores de residencias, su Jefe de Servicio o el propio Delegado, Luis Santiago Tierraseca. Otros optaron por visitar a la Concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Azuqueca de Henares, Mª José Naranjo Bravo. Y otros, más experimentados en cuestiones burocráticas, usaron las hojas de reclamaciones de la Junta de Comunidades; estas últimas sí fueron contestadas en alguna ocasión por la Delegación de Bienestar Social, siempre fuera de los 15 días establecidos.

En general, todas las respuestas recibidas venían a decir que se cumplían ratios y que todo mejoraría. Pero pasaban los meses y lo que único que cambiaba en la residencia La Alameda, constantemente, eran las auxiliares, enfermeras, médicos, directoras... y bastantes de nuestros mayores. El representante de los residentes, visitó a Luis Santiago Tierraseca y a varios periódicos para que publicasen un par de cartas firmadas por ellos mismos y algunos familiares; nadie se atrevió a publicarlas. La ahora presidenta de la asociación, llegó hasta el Consejero de Bienestar Social y a la Defensora del Pueblo en Castilla La-Mancha.

En otoño de 2005, el presidente de los residentes fue trasladado forzosamente a la residencia de El Casar, a 30km de distancia, alegando la Consejería agresiones a una trabajadora. Sus hijos han llevado el caso a los tribunales.

El verano y, sobre todo, el mes de septiembre del 2006, fue catastrófico para los abuelos del centro. La mayor parte de los que quedaban y de los que entraban nuevos estaban muy deteriorados, convirtiéndose la residencia en un hospital, lo quiera o no el Delegado de Bienestar Social. Los casos de urgencia hacia Guadalajara en ambulancia se multiplicaban todos los días. El médico que entró de suplencia en esas fechas fue un auténtico caos. La muerte ocasionada por una gravísima desatención a una de las residentes el 18-10-06 fue la gota que colmó el vaso. Así, la asociación Residencias Dignas fue constituída el 25 de octubre de 2006, con 30 miembros iniciales.

Inmediatamente, la Junta Directiva se reunió con el Delegado de Bienestar Social, quien se comportó de forma poco decorosa, alegando que se cumplían ratios, normas y que nos quejábamos siempre los mismos. Unos días después la asociación se reunió con la Concejala de Bienestar Social, Mª José Naranjo y el Alcalde de Azuqueca, Florentino Bonilla, para buscar una solución inminente. La Concejala jamás cumplió su palabra de volverse a poner en contacto con los familiares. Roberto Mangas fue el primer periodista que se atrevió a investigar y publicar un artículo sobre esta problemática. El 9 de noviembre la asociación convocó una rueda de prensa para iniciar una campaña de sensibilización dirigida a la opinión pública. Al día siguiente, el Presidente de la región, José María Barreda, visitó Azuqueca. La hija de la residente que murió por grave desatención, asaltó al presidente delante de todos los medios de comunicación, entrevistándose con él casi media hora. A la salida, Barreda se comprometió públicamente a realizar una investigación rigurosa sobre el servicio que se prestaba en la residencia La Alameda.

El expediente de la anciana muerta por negligencia el 18-10-06, se zanjó desde la Delegación de Guadalajara con una contestación por escrito bochornosa, que venía a encubrir responsabilidades. El 17 de enero de 2007 la Junta Directiva de Residencias Dignas se reunió en Toledo con el Director General de Atención a Personas Mayores y Discapacitadas y el Jefe de Inspectores, para pedirles explicaciones sobre la investigación prometida por José María Barreda. Los responsables de la Administración no sabían nada del tema, por lo que Residencias Dignas, tras exponerles toda la problemática de la residencia, les exigieron soluciones urgentes en un plazo de 15 días. Pero la Asociación no volvió a ser convocada ni informada por ninguno de ellos, y mucho menos por el señor Barreda.

El 17 de febrero dos socias denunciaron ante los juzgados negligencias muy graves hacia sus familiares. El periodista Roberto Mangas colocó la noticia en la Agencia EFE, saliendo en TVE, Telemadrid, RNE, La Vanguardia, etc. Al día siguiente el Director de Calidad de la JCCM telefoneó a la presidenta de la Asociación para acordar una reunión diez días más tarde, donde por enésima vez explicamos lo que venía acaeciendo en la Residencia La Alameda desde su apertura.

Dos semanas más tarde, y ante la falta de resultados, miembros de Residencias Dignas se presentaron con pancartas en un acto presidido por Barreda. En ellas pedían seguimiento de las investigaciones, soluciones, y la prometida reunión con el Presidente. Ningún medio de comunicación publicó nada en Guadalajara a pesar de que todos los periodistas y televisiones fotografiaron y grabaron las misivas. La única excepción fue el diario La Tribuna de Guadalajara, que se arriesgó a lucir una pequeña foto de las manifestantes.

El 15 de marzo de 2007, el Consejero Delegado del Grupo SERGESA ofrece una rueda de prensa en Guadalajara y anuncia que ha interpuesto una demanda contra la Asociación Residencias Dignas, por daños causados al honor y la imagen de la empresa y los trabajadores, reclamando 300.000 euros de indemnización, de los cuales el 50% se repartiría entre los trabajadores y el resto sería donado a una ONG designada por la Junta. También aseguró saber que la Asociación Residencias Dignas persigue otros fines bien distintos que la protección de los residentes. E igualmente dio a conocer que el 80% de los trabajadores del centro habían firmado un manifiesto desmintiendo todas las acusaciones.

Un mes más tarde, miembros de la asociación esperan a Barrera en otra de sus visitas a Azuqueca, con pancartas que le recuerdan que se quieren entrevistar con él y solucionar los problemas. Los medios de comunicación de Guadalajara vuelven a tomar nota, pero apenas aparecen tres líneas en el periódico Noticias.

A fecha de hoy, la asociación de familiares sigue sin poder poner un teléfono de contacto en la residencia y sin poderse reunir en ningún espacio de la misma. Sigue manteniendo entrevistas con los sucesivos directores de La Alameda. La esperada reunión con Barreda sigue sin producirse. Los socios continúan quejándose por escrito y estrevistándose con diversas areas implicadas en la calidad de vida de los mayores. Y por supuesto, trabajando con buenos abogados para su defensa. El sindicado CC.OO. e IU hizieron pública una nota de prensa apoyando a Residencias Dignas. Igualmente, UGT denunció la falta de personal y la violación de los derechos de los trabajadores en todas las residencias de la provincia. El exalcalde del PP de Azuqueca de Heranes asistió al juicio celebrado en Madrid.

En la Alameda, desde que se fundó la asociación en 2006, se ha conseguido incrementar el número de trabajadores en plantilla en once auxiliares y una enfermera, incremento que no se ve reflejado de continuo en los turnos presenciales. El personal auxiliar sigue cambiando continuamente, al igual que el sanitario (enfermeras y médicos); no siempre se van por mejora de empleo, en muchas ocasiones les despiden inexplicablemente, o prefieren irse ellos al paro porque no aguantan las condiciones de trabajo en las que tienen que desarrollar su profesión. Cada vez quedan menos de nuestros primeros viejitos y la eterna pregunta es si por ley de vida o por otros motivos evitables.

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