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Desde la asociación trabajamos para lograr que se regulen todos los vacíos legales que han permitido que residencias como La Alameda, de Azuqueca de Henares, se pongan en funcionamiento con tan nociva y peligrosa atención a los mayores. Para que se garantize un control absoluto y real desde el primer día de apertura. Para que no tengamos que ejercer los familiares de inspectores, peleándonos con el personal de la empresa ni con la Administración. En Castilla-La Mancha contamos con la ley 3/1994 de 3 de noviembre "de protección de los usuarios de centros sociales", con el decreto 53/1999 de 11-05-99, con la orden de 21-05-2001, con una Carta de Servicios de Residencias, etc., pero todas estas leyes han resultado ineficaces para hacer real la protección de sus usuarios. Por todo ello pedimos:
- Que se regulen las distintas modalidades de residencias para la tercera edad, ateniédose a lo que demanda la sociedad. Crear distintas categorías, entre las que debería estar la socio-sanitaria, a la cual pertenecería La Alameda, cuyas demandas se aproximan a las de un hospital, con dependencias muy graves en más de un 80% de los residentes y con edades medias de 84 años.
- Legislar una ratio "presencial", es decir, el número de trabajadores por turno con que debe contar cada residencia de mayores, según al grado de dependiencia de los residentes, así como de la capacidad del centro. Pedimos se legisle con un estudio serio, que evite la ironía que en la actualidad se padece: los centros de día, destinados a personas mucho menos deterioradas que las ingresadas en residencias, tienen un porcentaje vergonzosamente más elevado de trabajadores. En La Alameda ha habido muchos turnos de día con 5 auxiliares y una enfermera para 120 asistidos graves. Sin embargo en los centros de día se cuenta con 4 auxiliares para atender a 10 mayores. Algunos de nuestros familiares provenían de estos centros sin haber interpuesto una queja jamás, solo agradecimientos. No entendemos que cuando el ser humano se deteriora y necesita más cuidados, paradójicamente, tiene muchos menos cuidadores a su alrededor.
- Evitar utilizar el "moledo alemán" para adjudicar la gestión de residencias de mayores. Lo ideal, residencias públicas que no se lucren con los servicios sociales. En su ausencia, optar por la gestión mixta o al menos con algún trabajador permanente de la adminstracción que controle el buen funcionamiento. Pedimos que se examine y controle exhaustivamente, antes de contratar, a las empresas, que como SERGESA, han sido denunciadas por su negligente actuación en alguna localidad del país.[Ver más]
- Dignificar a los profesionales del sector, con una formación adecuada a la demanda, con un salario digno, con unas condiciones de trabajo justas. Así evitaremos el constante cambio de auxiliares, enfermeros y médicos, que tanto influye en la salud de los residentes más deteriorados. Dignificando la profesión conseguiremos que estén más satisfechos con su trabajo y no existan tantas bajas y tanta rotación, ayudándoles a que no teman reclamar por sus derechos.
- Modificar el sistema actual de inspeccioneis, haciéndolo eficaz y garantizando que con dicho sistema se detectará inmediatamente y subsanará cualquier deficiencia en las residencias de la tercera edad. Cualquier deficiencia no sólo en cuanto a personal, sino en cuanto a higiene, movilidad, hidratación, control de escaras y heridas, atención médica (diagnóstico y seguimiento evolutivo), cambio de pañales, cambios posturales, control de la medicación, hora de levantar, descanso después de las comidas, salidas a tomar el aire y el sol, dietas, ropa de cama apropiada así como esponjas, toallas ... Es imprescindible que se tomen las quejas de residentes y familiares como algo muy grave, e incluso con presunta culpabilidad hasta no se demuestre lo contrario.
- Designar en las Delegaciones de Bienestar Social a delegados, jefes de servicio e inspectores, sensibles y responsables con su trabajo. Que escuchen, confíen y apoyen tanto a los residentes como a sus familiares cuando van con reclamaciones serias. Para que a nadie le vuelvan a decir que no son verdad los problemas que está viviendo, para que nadie se vuelva a sentir paranoico, para que nadie tenga que volver a "luchar" cinco largos y dolorosos años contra una empresa y una administración.
- Dar cobertura legal a las "asociaciones de residentes" de todos los centros de mayores, impidiendo coacciones a expresarse y opinar.
- Legislar la figura de las "asociaciones de familiares", a imagen de las AMPAS en los colegios, para que puedan tener voz y voto en la calidad de vida de sus familiares, la mayoría incapacitados para defender sus derechos por ellos mismos. (Así se evitaría que empresas como SERGESA estén llevado a cabo lo que hacen con la mayor impunidad: impedir que la asociación de familiares se reuna en la residencia, coloque su número de contacto, la denuncien por 300.000 euros, etc. Es decir, intimidar para quitar las ganas de asociarse y reclamar).
- Promover por parte de la administración la formación de las "asociaciones de familiares". Mantener reuniones periódicas con Bienestar Social, inspectores y la empresa gestora, para revisar el funcionamiento del centro y buscar soluciones a los problemas que pudieran surgir, donde el familiar que conoce de cerca al residente pueda aportar su indispensable sabiduría.
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